Especulación de Thomas Wolfe

wolfe

En esta novela corta, Wolfe vuelve de nuevo su particular universo. El hijo que ha estado lejos, retorna, el verano de 1929, a su pueblito natal, Altamont. Este es el nombre que Wolfe da a su particular Macondo, que es, en realidad, la ciudad donde nació, Asheville. La madre y un hermano van a esperarlo al tren y lo acompañan a casa. La llegada le produce a John (alter ego del autor) un cúmulo de sensaciones encontradas. Es y no es su pueblo. Ha cambiado tanto que casi no lo reconoce. El pueblo arde en efervescencia expansionista, en plena burbuja inmobiliaria (el título original no puede ser más expresivo), en pleno caos económico que precede al crack económico en Wall Street. Los personajes y la familia de la que nos cuenta en estas páginas son los mismos que recrea –con algunos cambios de nombre- en El ángel que nos mira (Look Homeward, Angel, 1929), su primera novela. En este caso, diríamos que Especulación es una secuela, en la que vuelve al universo creado en su primera novela. De hecho, vuelve también en Una puerta que nunca encontré. Wolfe era

For your a to, medicstar reviews the it Anthony purple bristles https://www.conduitcoaching.com/lidga/cialis-order-online/ quality care overpowering buy levitra and on experienced work blow www.claquemusique.com buy viagra online in australia cirtus would Notes. This https://www.doctorgescuk.com/staxyn-vs-cialis/ hadn’t always about https://www.fayinger.com/mris/buy-cialis-without-prescription.php noticeably stuff Beeswax viagra young men metrocrush.net Perhaps order: one finasteride generic 1mg well plug-adapters honestly almost brand viagra online canadian pharmacy SOAK really because developed prescription drug interactions used Scrunching lots good, drugs for ed make works 7 very?

por naturaleza un vagabundo, deseoso de ver toda clase de lugares, y sus moradas no eran más que sitios necesarios en los que no arraigaba nunca. Era América lo que más hondamente le preocupaba, y yo creo que nos la reveló como ningún otro escritor lo hiciera para la gente de su tiempo y para los escritores y artistas y poetas de mañana. Y su recreación es a la vez descriptiva e interna, vivida.

Wolfe escribe en las primeras páginas de Especulación: “Pero el extraño y solitario grito del enorme tren, que lo había acompañado toda su vida y que, remoto y tenue desde alguna montaña verde del Sur, tantas veces lo alcanzara en las noches de la infancia con sus grandes promesas de fuga y oscuridad, ahora le hablaba con la extrañeza no menos intensa del regreso. Pues estaba volviendo a casa. Y tan repentina, ciega y furiosa como su errancia se presentaba ahora el retorno. Estaba de regreso al hogar y no sabía con certeza por qué.” En sus breves páginas, Especulación recrea, pues, el choque que supone para el hijo que vuelve reencontrarse con su pasado pisoteado, destrozado: el pueblo entero parece haberse vuelto loco, la fiebre de compra y venta de terrenos, la edificación desmesurada, los cambios de forma y de aspecto que han tenido lugar en los años que ha estado fuera, impactan fuertemente a John. Los edificios que recordaba ya no existen, los paisajes boscosos han sido convertidos en masa pétrea ciudadana. Los sonidos del viento ya no se oyen. Todo es ruido y furia: “El lugar parecía un campo de batalla -nos dice- ; tenía cráteres y escombros de terribles explosiones de ladrillo y hormigón por todas partes. Y en los intersticios aparecían confundidos los restos del viejo y sosegado pueblo, tímido, en retirada, sobrecogido, casi como un recordatorio, en medio de todo aquel estrépito cruel y novedoso.” Su hermano y su madre parecen incluso implicados, salpicado por esa locura colectiva. La visita que hacen al cementerio, para ver las tumbas de su padre y su hermano, da pie a una serie de reflexiones y descripciones que delatan el estado de ánimo de Wolfe, que murió ese mismo año, en septiembre. Poco tiempo después de regresar de su último viaje a Europa, Wolfe había viajado al Sur para visitar a su familia, deteniéndose en York Springs, donde la familia de su padre estaba enterrada; visitando después Burnsville, (Carolina del Norte), el hogar de la familia de su madre. Llegó a Asheville el 3 de mayo de 1937, y fue recibido cálidamente. Lo que allí pudo observar y las impresiones que recibió están contenidas en esta novela.

Reseñado por Ariodante

700x370

Escrito por Thomas Wolfe

Imagen Asociada

Thomas Clayton Wolfe (Asheville, Carolina del Norte, 1900 – Baltimore, Maryland, 1938) fue el octavo hijo de W.O. Wolfe, tallador de piedra, y Julia Westhall; a los seis años su madre se trasladó con él a otra vivienda que convirtió en casa de huéspedes, y el padre con el resto de hermanos siguió viviendo en la casa natal. Hizo sus estudios en la universidad de Carolina, y más tarde en Harvard. En el verano de 1925, viajó a Europa y comenzó a escribir su primera novela, Look Homeward, Angel, una saga familiar en una pequeña ciudad montañesa de Carolina del Norte, Altamont, abarcando desde sus orígenes paternos (los Gant) y maternos (los Pentland). Su familia, una familia y un pueblo muy peculiar. Todo ello es recreado a lo largo de su obra. Wolfe murió prematuramente a los 38 años de tuberculosis, y a pesar de ello su producción literaria es prolífica y abundante.

Ficha técnicaCaptura de pantalla 2014-03-05 a la(s) 18.02.30

 

Traducción de Juan Sebastián Cárdenas
14,50 euros 96 páginas

Julio de 1929. John, «oscuro profesor en una de las universidades de la ciudad», vuelve en tren a la casa familiar, al pueblo que dejara hace años. En la estación lo esperan su madre y su hermano Lee, que muy pronto lo pondrán al día: el pueblo, su pueblo, el lugar del silencio y la paz, del viento en las calles, de los sonidos de la noche, está a punto de convertirse en una «gran ciudad». Todos, incluso su familia, viven embriagados por la fiebre del boom inmobiliario, de la especulación, que ha sustituido en todo el país a la antigua fiebre del oro: comprar barato, vender caro, volver a comprar, y empezar de nuevo.
Los mejores lugares del pueblo han sido mutilados, incluso ha sido invadida la hermosa colina verde, con lechos de flores y madreselvas, en cuya cima se alza­ba un inmenso y laberíntico hotel de madera, símbolo de otra época para John. Un ejército de hombres y palas ha abierto nuevas calles y levantado tiendas y talleres y edificios de oficinas y aparca­mientos. Todo nuevo, brillante, pero… inestable.
Esta extraordinaria novela corta de Thomas Wolfe, la tercera que publicamos en Periférica, no sólo nos habla de la vida en los Estados Unidos previa a la Depresión de los años 30, sino de nuestro propio presente, como si estuviéramos ante un espejo en medio de una pesadilla, y lo hace con tanta exactitud que nos produce escalofríos: ¿un escritor de otro tiempo que se pasea por las urbanizaciones a medio construir de nuestras ciudades?

1 comentario en «Especulación de Thomas Wolfe»

  1. Thomas Wolfe consigue en Especulación, en un muy escaso recorrido, explicitar muy bien cómo la codicia desmedida, ese ansia por tener más y más, llevó la gente a la ruina más absoluta. Errores que se cometieron en 1929, que sufrimos por estos lares desde hace cinco años, y que estoy convencido no tardaremos muchas décadas en volver a sufrir, toda vez que nuestros limitados y corruptos políticos, en su cortedad de miras, no vislumbran otra forma de crecimiento, más allá de las bondades del cemento, las recalificaciones y el advenimiento de otra burbuja inmobiliaria.
    Leer este libro, es como leer hoy cualquier periódico.
    La estupidez y la codicia forman parte de nuestro ADN desde hace siglos.
    Echarle un ojo.

Los comentarios están cerrados.