El invitado amargo de Molina Foix y Luis Cremades

Maquetaci—n 1No se puede poner en duda la excepcionalidad, en todos los sentidos, de las memorias a dos voces que Vicente Molina Foix y Luis Cremades han decidido componer para recuperar los recuerdos de una intensa relación interrumpida hace treinta años. Vuelven, ahora a la vista del lector, a intercambiar cartas y confidencias, a ofrecer explicaciones y justificaciones, a rememorar celos y rupturas, y a revivir el Madrid de los primeros ochenta, el de la movida, el golpe del 23-F, el concierto de los Stones o la victoria socialista. Pero sobre todo darán testimonio de los esfuerzos creativos de una emergente generación de poetas, la de Cremades, bajo la tutela de las anteriores, la de Molina Foix o la del admirado Aleixandre.

Porque aunque la excusa del texto sea la recuperación de un tiempo y unos sentimientos que son ya historia, lo cierto es que el repaso a la escena cultural es completo, y permite a los autores mostrar la incisiva agudeza de sus mentes y sus lenguas, Así, Cremades da cuenta de las provechosas conversaciones con Álvaro Pombo o de los alentadores consejos de Gil de Biedma, mientras que arremete contra el huero dandismo de Luis Antonio de Villena al que ridiculiza despiadadamente. Por su parte el autor de ‘El abrecartas’ destaca su persistente amistad con Javier Marías, sucesor en su puesto de Oxford, y reconoce el magisterio de Juan Benet, pero no se priva de mencionar los obsesivos celos de un Umbral despechado.

En su primera parte la narración alterna escrupulosamente, capítulo a capítulo, entre las dos voces, de forma que el recuerdo que uno remueve hace mella en el otro, o el detalle que uno apunta el otro lo amplía, dando lugar a un intercambio de visiones complementarias que definen pero no agotan aquel tiempo compartido. En la segunda, sin embargo, los autores parecen necesitar más espacio para sus reflexiones tras la ruptura y no ceden tan fácilmente la palabra al otro, mientras el agraviado busca apoyo para encauzar el duelo, el rencor y la venganza en las obras de otros escritores también rechazados.

El texto incluye, además, una aproximación a la génesis poética de Cremades, su aprendizaje, su formación como discípulo en un efervescente ambiente cultural que se veía inalcanzable desde su tierra alicantina, y en la que caben proyectos como el fallido Don Quijote que con guión de Vicente iba a interpretar David Bowie, y en el que la obsesión libresca se trocaba en cinematográfica. Además, esa pertenencia a la élite ilustrada le permitía a Luis encontrar protección frente a un mundo que le parecía hostil y que le llevaba a caer en una “aristocracia lingüística” en la no cabían las referencias sociales, sino, tan solo, una cómoda insurgencia intelectual.

Un texto, pues, a cargo de dos grandes estilistas, con el que se pone al lector como testigo de una historia sentimental que, a pesar de su singularidad, se entiende como universal, en el convencimiento de que “todos los hombres y todas las mujeres, en todas las combinaciones posibles de emparejamiento, se aman igual, al menos externamente (…), así como la miseria de los abandonos y el filo de las venganzas, apenas se diferencian, sean los amantes iletrados o letraheridos.”

Reseñado por Rafael Martín

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Escrito por Molina Foix y Luis Cremades

Vicente Molina Foix nació en Elche y estudió Filosofía en Madrid. Residió ocho años en Inglaterra, donde se graduó en Historia del Arte por la Universidad de Londres y fue tres años profesor de literatura española en Oxford. Autor dramático, crítico y director de cine (su película Sagitario se estrenó en 2001), su labor literaria se ha desarrollado principalmente -desde su inclusión en la histórica antología de Castellet Nueve novísimos poetas españoles– en el campo de la novela. Sus principales publicaciones narrativas son: Museo provincial de los horrores, Busto (Premio Barral 1973), La comunión de los atletas, Los padres viudos (Premio Azorín 1983), La Quincena Soviética (Premio Herralde 1988), La misa de Baroja, La mujer si cabezas y El vampiro de la calle Méjico (Premio Alfonso García Ramos 2002). Cabe también destacar muy especialmente sus espléndidas versiones de las piezas de Shakespeare Hamlet, El rey Lear y El mercader de Venecia, así como sus reseñas de películas reunidas en El cine estilográfico.
Luis Cremades nació en Alicante y actualmente vive en Jijona (Alicante). Ha publicado tres libros de poemas: El animal favorito, Los límites de un cuerpo y El colgado, además de una plaquette, Los poetas viejos. Desde 1980, y durante casi treinta años, ha vivido en Madrid, donde, tras licenciarse en Sociología, ha trabajado como consultor en el área de recursos humanos y organización. Ha publicado textos técnicos y traducciones literarias, además de colaborar en diferentes revistas, culturales y de actualidad. En los primeros años del siglo fue profesor de la ya desaparecida Escuela de Letras.

Ficha técnicaCaptura de pantalla 2014-03-09 a la(s) 20.42.34

Páginas: 416 Precio: 19,90€

El invitado amargo empieza con el anuncio de la muerte del padre en una escena de cama de su hijo, y termina, al cabo de más de tres décadas, el mismo día del año y en la misma casa, donde la entrada de unos ladrones hace salir de una caja negra el pasado de dos amantes. En el transcurso, no siempre lineal, de ese tiempo iniciado por el encuentro de un escritor de treinta y cinco años y un joven estudiante que escribe versos, el libro se despliega como una novela de la memoria, un recuento verídico tratado con los dispositivos de la ficción. Pero también como un ensayo narrativo sobre las ilusiones y los resentimientos del amor, y como un doble autorretrato con paisaje –el de la España cambiante de los años 1980– y con figuras, una rica galería de personas reales, algunas sobradamente conocidas, tratadas como personajes o testigos de una tragicomedia de la felicidad, la infidelidad, las búsquedas personales y el anhelo de lo que pudo ser.