De entre los libros de este invierno queremos destacar uno de ellos: El anarquista que se llamaba como yo, una obra madura, interesante, cautivadora y bien contada. Uno de esos libros que aparecen de tarde en tarde para contar la historia de un personaje, ambientar una época, describir a los prohombres de la misma y engatusar al lector adentrándole en una novela de acción con gotas de intriga y con un final incierto por más que la hemeroteca se empeñe en lo contrario. Pablo Martín Sánchez es el autor del libro sobre su homónimo protagonista. La coincidencia de nombres encendió la chispa de la obra que se avivó al conocerse los detalles de aquel Pablo de principios del siglo XX, anarquista, activista acusado de atentar contra la dictadura de Primo de Rivera. El escritor se vale de un resultón efecto narrativo al desdoblar la vida del personaje histórico en dos. La primera línea se inicia en 1924 cuando nuestro hombre ya tiene los 25 años, trabaja en una imprenta en París y comienza su verdadero activismo acrata más allá de las simpatías. La segunda se centra en el origen de su familia, su nacimiento e infancia. Ambas avanzan en paralelo hasta agotar la primera y dejar a Pablo Martín Sánchez ante su destino. París, Argentina, Barcelona y Vera de Bidasoa son los escenarios de esta novela donde personajes como Blasco Ibáñez, alientan la revolución contra la dictadura pero dejan huérfanas de actos la soflama, donde nuestro anarquista quien se resistía a hacer la revolución tuvo que participar casi a la fuerza en ella, donde el comando en que se integró probablemente estaba pinchado por seguidores del dictador, donde al final es condenado a muerte sin buscarlo, ni desearlo, ni creer completamente en ello. El lector verá que la vida de Pablo Martín Sánchez se parece más a una marea humana que le empuja a uno hacia una dirección que no quiere ir, que la vida de alguien que con libre albedrío decide su destino. Empachados de la guerra civil ya era hora que recibiéramos una gran obra sobre otra época anterior en una década, sobre el movimiento anarquista y quienes participaron contra la dictadura. Blasco Ibáñez, Unamuno y Durruti son algunos de los secundarios de lujo de esta puesta en escena de toda una época basándose en el sencillo antihéroe que se llamaba como el escritor. Seiscientas páginas sin tregua en una España muy poco conocida que vuelve a la vida de la mano del escritor que se llamaba como el anarquista. Uno de los mejores libros de estas fiestas. Háganle hueco, no se arrepentirán.