Reina Lucía – E.F. Benson

Aunque fue el terror el género literario que el escritor británico E. F. Benson (Berkshire, 1867 – Londres, 1940 ) abordó con mayor placer y asiduidad (La confesión de Charles Linkworth, El terror nocturno o Un cuento sobre una casa vacía), lo cierto es que también demostró grandes cualidades para el humor teñido de sátira social, típicamente británico, aspecto que se hace evidente sobre todo en las seis novelas de que conforman la serie de “Mapp & Lucía”, protagonizadas por dos peculiares y extravagantes damas de la burguesía rural inglesa, Elizabeth Mapp y Emmeline. Cronológicamente, los títulos de la serie serían los siguientes: Reina Lucía (1920), Miss Mapp (1922), Lucia in London (1927), Mapp and Lucia (1931), Lucia’s Progress (1935) y Trouble for Lucia (1939), más dos cuentos breves, The Male Impersonator -que suele publicarse en un sólo volumen, junto a la segunda novela de la colección, Miss Mapp– y Desirable Residences. Inspiraron además una serie de televisión de la BBC en la que se adaptaba a la pequeña pantalla todas las novelas, englobadas bajo el título de Reina Lucía. LEER MÁS

Sobre la burguesía rural británica se han escrito muchas novelas, aunque sin duda la autora que mejor ha sabido retratarla ha sido Jane Austen con títulos por todos conocidos como Orgullo y Prejuicio, Sentido y Sensibilidad, Emma o Persuasión. Sin embargo, el tratamiento que hace Austen de sus criaturas es siempre desde el cariño, la complicidad y la simpatía. Son comedias sentimentales, en la que cabe el humor e incluso la caricatura, pero en la que los más importante son sobre todo los enredos amorosos o las peripecias que van salvando sus protagonistas. El único punto que podía tener en común con Benson es en que ambos se preocupan por describir un microcosmos rural con sus normas, usos y costumbres y en el que está muy presente siempre “el que dirán”; es decir son historias corales en la que los personajes tienen gran importancia. Sin embargo la mirada que cada uno de ellos dirige sobre dicha comunidad es muy diferente. En ese sentido, Reina Lucía tiene mucho más que ver con el estilo de hacer humor del gran P. G. Wodehouse ( y sus novelas sobre el fiel criado Jeeves) ya que lo que interesa sobre todo es idear excusas lo suficientemente absurdas que motiven situaciones divertidas o equívocas, y que surgen a partir de los comportamientos o formas de ser de sus peculiares y ridículos personajes, pertenecientes siempre a la alta burguesía inglesa. De igual modo, la burla que el autor hace sobre la pedantería o el esnobismo de esta clase social– y que es quizá el aspecto más evidente e interesante de Reina Lucía – tiene mucho que ver con el tipo de humor cáustico y corrosivo cultivado por un autor mucho más actual como Tom Sharpe, sobre todo en títulos como Vicios Ancestrales, Reunión Tumultuosa o Zafarrancho en Cambrigde, aunque el tono de Benson sea un poco más elegante e inofensivo, o en el mejor de los casos mucho menos subversivo.

El argumento esencial de la novela es bien simple: En Riseholme, pequeña villa británica en la que todo el mundo se conoce, quien lleva la voz cantante en cuánto a moda, cultura, actos sociales, usos y costumbres es Emmeline Lucas (Lucía para los amigos). Ella considera a Riseholme como su pequeño feudo – de ahí el título de Reina Lucía- y la trama de la novela se centra básicamente en los tejes y manejes que ésta va urdiendo para no que nada ni nadie la desbanque de su “trono”, soberanía que corre peligro por la llegada a la localidad de una peculiar diva de ópera y de un gurú indio que les iniciara – a ella y los que la rodean – en los secretos del yoga.

En Reina Lucía, el humor está presente no sólo en el modo en como actúan los personajes sino incluso en los escenarios en los cuáles transcurre en la acción. Un buen ejemplo sería el fragmento en cuál se nos describe la residencia en la que viven Lucía con su marido Pepino, sobre todo cuándo se nos explica como son los jardines de la casa (en los que están muy presente los dramas de Shakespeare en forma de flores o de citas literarias) o las extravagantes objetos que sirven de decoración en las salas principales que van cambiando de lugar cuando la etiqueta social lo requiere (o más bien el capricho de Lucía). De ese modo, el carácter esnob y pedante de la pareja y del resto de personajes de la novela se hace bien patente a través de los escenarios y los objetos, así como su ridiculez e ignorancia – en el fondo, no son más que una paletos que se creen cultos y elegantes – características de las que, por otro lado, nunca son conscientes, lo que los convierte todavía en más hilarantes.

De igual modo, la novela está repleta de situaciones brillantes y divertidísimas, conflictos que la heroína de la función y otros personajes (como su peculiar amigo Georgie) deben superar para no perder su condición privilegiada en el villorrio o para conseguir ver cumplidos sus planes. Por eso, Reina Lucía es una novela amena, ágil y que nunca pierde interés; se lee de un tirón que invita con frecuencia no sólo a la sonrisa cómplice sino – y lo que es mejor – a la carcajada.

JOSEPH B MACGREGOR

FICHA DEL LIBRO

Título: Reina Lucía | Autor: E.F. Benson | Traducción: José C. Vales | Editorial: Impedimenta | Páginas 352 | Precio 22,75€ | Reseñado por MacGregor

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