La noche que no paró de llover de Laura Castañón

Una gran novela sobre los engaños de la memoria y la reconstrucción del pasado.

 

Si con su primera obra Castañón desgranaba con maestría la historia de la familia Montañés, a través de la investigación de Aida, una periodista asturiana obsesionada por encontrar los restos de su abuelo; ahora da un paso más allá con la acomodada familia Santaclara, a través del íntimo relato de su única superviviente, la octogenaria Valeria Santaclara atormentada por el peso de la culpa.

Valeria es una atildada y solitaria anciana que ocupa dos espaciosas habitaciones de una residencia geriátrica, donde a sus espaldas la llaman la Marquesa. Guarda un enigmático sobre en el que su hermana Gadea escribió “El perdón” antes de morir, hace 18 años, y que aún no se ha atrevido a abrir. Puede que ese sobre encierre la causa de sus pesadillas y sus problemas de insomnio o tal vez aquello que le roba desde hace tanto tiempo la sonrisa.

Para enfrentarse al contenido de esa carta, Valeria recurre a Laia Vallverdú, una psicóloga de origen catalán recién instalada en Gijón junto a Emma, su curvy y alegre pareja, compañera de profesión. A través de las sesiones de terapia de los martes por la tarde, en el céntrico consultorio de Laia ubicado casualmente en la misma habitación de infancia de Valeria en los tiempos de la II República, poco a poco se irá recomponiendo un puzle de una vieja historia tejida con las heridas de la Guerra Civil, la represalias de régimen, varias muertes trágicas a cuestas y, por encima de todo eso, la conflictiva relación de celos, envidia y rivalidad entre las dos hermanas.

A la manera de las capas de una cebolla el misterio contenido en el sobre se irá despojando de su espesor sesión a sesión hasta que finalmente la anciana se atreva a conocerlo. Un largo viaje al pasado, condensado en una primavera de Gijón, en la que ya nada volverá a ser igual. No sólo para la anciana protagonista que anhela reconciliarse con su historia íntima y la de su familia, además de arrojar algo de luz y asumir aquella traumática noche en la que no paró de llover, que la persigue desde hace años; sino también para la terapeuta, Laia, quien intenta dar cauce a su deseo de ser mamá y normalizar su relación con Emma, divorciada cuya familia a su vez desconoces su homosexualidad.

Pero no sólo en La noche que no paró de llover Laura Castañón consigue entrelazar con maestría estás dos tramas, sino que añade una tercera: la historia de Feli, la joven empleada de la limpieza la residencia encargada de asear las habitaciones de la Marquesa. Una muchacha con una trágica historia familiar a cuestas que cursa un taller literario y ansía convertirse en escritora. Feli encontrará en la historia oculta de la distinguida y discreta anciana un estímulo a su vocación que tal vez la permita superar el resentimiento y la frustración que la persiguen.

De profunda e inteligente sensibilidad femenina, La noche que no paró de llover entrelaza la visión de tres mujeres de generaciones, procedencias, actitudes y emociones diversas, en una trama única que recrea los episodios cruciales de los últimos cien años de historia española. Y ello lo consigue Laura Castañón con pericia intercalando cuatro voces narrativas en breves capítulos. En primer lugar, los sueños o pesadillas de la anciana protagonista en fragmentos en primera persona identificados gráficamente. En segundo lugar, la reconstrucción de las sesiones de terapia narradas en una tercera persona focalizada en la visión de la terapeuta. A su vez se intercalan las anotaciones del diario de Emma, la pareja de la psicóloga profundamente enamorada de ella. Y por último, el relato del difícil día a día de Feli, la empleada de la limpieza, junto con sus investigaciones literarias que, por cierto, también tienen mucho de fisgoneo en la intimidad ajena.

Esas cuatro voces narrativas dan forma a una notable novela que explora sin contemplaciones los mecanismos del mal desde una triple vertiente: el mal que infligimos de manera deliberada, el que jamás imaginaríamos haber causado y el que creímos ocasionar sin ser del todo cierto. Tres enfoques superpuestos y complementarios trenzados en las vidas de una serie de personajes náufragos de su propia memoria y de los engaños que ésta les inflige.

En suma, La noche que no paró de llover es una conmovedora novela sobre el mal, la culpa, el perdón y, a su vez, sobre la esperanzadora fuerza redentora de la palabra, tanto escrita como oral, que tal vez les permita a los personajes reconciliarse con el pasado. Algo que sin duda también le ocurrirá al lector con su propia historia.

Los personajes

Valeria: Distinguida y acomodada octogenaria de la ciudad de Gijón que vive en una residencia sin amigos ni visitas. No tiene hijos ni familiares vivos y se escuda detrás de sus opiniones conservadoras para no reconocer los motivos de su infelicidad.

Laia: Psicóloga lesbiana de origen catalán, amante de los perros que se traslada a Gijón por amor. El reloj biológico la empuja a ser madre cuando cree haber construido una pareja estable.

Gadea: Hermana menor de Valeria poco agraciada y rellenita, opuesta en todo a ella, incluso en sus prioridades vitales. Y pese a la enemistada de su hermana, señorita perfecta, jamás llega a odiarla.

Gregorio: Comprometido médico de la ciudad significado políticamente, padre de las hermanas. Tiene preferencias por la desastrosa Gadea y no las oculta. Lo que sí oculta es el secreto motivo del porqué son tan opuestas.

Onel: Fiel amigo de Gregorio, luchador de la causa anarquista que huye al monte al final de la contienda y se hace maquis. La delación por parte de la facción nacional de la familia Santaclara en el pueblo de Nozaleda será su fin.

Mamá: Conservadora dama de Gijón, esposa de Gregorio y madre de Valeria y Gadea. Odia tanto los desmanes de la II República y las reivindicaciones sociales como detesta a su hija menor.

Alfredo: Abogado afecto al régimen de Franco de buena posición, autoritario y machista, que se casará con Valeria. Vive a caballo entre Asturias y París, ocupado en oscuros servicios de espionaje.

Arsenio: Joven obrero de izquierda y humilde extracción que se casará con Gadea y le dará dos hijos. El primero, bautizado Carlos en honor a Marx, morirá a poco de nacer.

Olvido: Hija de Gadea y Arsenio a quien su tía Valeria mima como a una princesa y colma de atenciones. Puede se fuera, a pesar de sus crestas punk y sus viajes a Londres, la única persona a quien realmente haya querido en la vida.

Emma: Extrovertida y alegre psicóloga divorciada que descubre su latente homosexualidad al enamorarse de Laia. Está dispuesta a todo por hacerla feliz y así lo cuenta en su diario personal.

Richi: Hermano menor de Emma, homosexual que ha salido del armario con valentía, y se convierte en cómplice de la pareja de psicólogas que aún no ha revelado su relación a la familia.

El perdón
—«Para Valeria. El perdón.» — Leyó, y después de unos segundos de silencio, y tras comprobar que en el remite no había ningún nombre, invitándola a hablar, comentó—: Esto es lo que te da miedo abrir… Perdonar está bien siempre, ¿no? Es algo positivo. ¿Cuánto tiem­po hace que lo tienes?

—Dieciocho años hará el 15 de septiembre. — Vale­ria dejó de jugar con la alianza y la emprendió con la pulsera, que comenzó a girar alrededor de la muñeca, por debajo de la manga del jersey de mohair de color ta­baco que se había puesto aquel día—. Fue el día que se murió Gadea.

—A lo mejor está puesta la fecha dentro. Sería lo más probable… —Había algo de invitación a abrirlo en el co­mentario de la psicóloga, pero parecía que Valeria, al menos de momento, ni estaba preparada para ello, ni te­nía la más mínima intención.

—Pues esa es la respuesta. —Valeria retomó el prin­cipio de la conversación—: Vengo a eso, a reunir el valor para abrirlo.

—Las personas de tu generación no confían mucho en los psicólogos. Tampoco nos ven mucha utilidad…

—Las personas de mi generación son más de ir a lar­garle los rollos a un cura. Demasiados años, demasiada costumbre, inercia. Pero yo de curas ya tuve bastante, en la familia para empezar, y luego cosas que pasaron, que te quitan la fe y hasta la inocencia. Y en cuanto a lo de la utilidad…

Valeria se quedó callada el tiempo suficiente como para que Laia considerara la posibilidad de comenzar a explicarle que una psicóloga, contrariamente a lo que podría pensar mucha gente, actúa únicamente según lo que la demandante requiera, y que la verbalización, in­cluidas las mentiras que se puedan contar, también es te­rapéutica. Pero entonces, de nuevo como si leyera su pensamiento, Valeria recuperó las palabras que se ha­bían quedado suspendidas.

—… a mí me serás útil si me escuchas. Solo eso. No creo en el destino ni nada de eso, pero me parece dema­siada casualidad tener la ocasión de revisar mi vida jus­tamente aquí. Como si me regalaran una oportunidad.

—Y qué crees que puede haber dentro, qué piensas que pudo haber escrito. — Aunque no quería que se le notara más de lo estrictamente atribuible a su condición, a Laia se le había despertado la curiosidad.

—No, no me entiendes. Yo sé lo que hay dentro, casi podría asegurar lo que hay escrito en esa carta, aunque me despista un poco, porque parece tener más de una pá­gina, se habrá explayado, imagino. Pero de momento no puedo leerla, por eso vengo, porque quiero hacerlo, y an­tes tengo que sentir que puedo.

 

 

 

 

 

 

Escrito por Laura Castañón

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Laura Castañón es una escritora asturiana nacida en Revallines (Santa Cruz de Mieres) en 1961. Desde mediados de los años ochenta dirige talleres literarios y programas de animación a la lectura, e imparte cursos de Creación Literaria, Literatura y Comunicación. También ha trabajado en radio y en televisión, ha sido jefa de prensa y ha desarrollado labores de programación cultural y comunicación empresarial. En 2013 publicó su primera novela, Dejar las cosas en sus días (Alfaguara, 2013), una historia que entrelaza las vidas e historias de varios personajes y se sitúa en la mejor tradición de las sagas familiares. La noche que no paró de llover es su segunda novela.

Ficha técnica

Ediciones Destino

Fragmento
La_Noche_Que_No_Paro_De_Llover.pdf

Fecha de publicación: 27/04/2017 | 512 páginas | Idioma: Español | ISBN: 978-84-233-5233-3 | Código: 10183985 | Formato: 13,3 x 23 cm. | Presentación: Rústica con solapas | Colección: Áncora & Delfin