Reseña de Los dioses de la culpa de Michael Connelly

Michael Connelly es, indudablemente, uno de los líderes de la novela negra estadounidense. De entre sus diversas series, Alianza de Novelas recupera la última entrega de Michael Haller, Los dioses de la culpa, una novela de 2013 que se bate el cobre sin complejos en este 2018.

Leer un thriller legalista puede resultar algo árido para quienes aman la novela negra, pero mucho más cómodo para quienes disfrutan de los juicios made in USA que la cinematografía nos ha legado. Los dioses de la culpa hace referencia a los miembros del jurado, que son quienes actúan como dioses decidiendo si son inocentes o culpables los procesados. Es a ellos a quienes hay que convencer usando todos los medios posibles… y en eso Haller es un maestro, algo de capa caída pero un maestro.

Después de que en la anterior entrega su decisión de presentarse a fiscal del distrito se fuera al traste y que su trabajo como abogado le trajera la amargura de liberar a un acusado para que unos días después matara a dos mujeres, la linea descendente se ha agudizado, tanto en lo personal como en lo profesional.

Ahora le corresponde hacer el trabajo que todo abogado desea, defender a un inocente. Cuando es avisado que un detenido requiere sus servicios, Mickey descubre que la víctima había sido una antigua clienta, una prostituta a la que creía haber rescatado y reconducido por el buen camino. Ahora sabe que está en deuda con el caso. Su proxeneta digital parece ser el asesino, pero pronto descubre que es completamente inocente y que su defendido es víctima de un complot para tapar algo más gordo relacionado con la DEA.

Acechado por los fantasmas de su pasado, Haller tiene que trabajar hasta la extenuación para resolver un caso que podría traerle la redención total o probar su culpa definitiva.

Las más de 150 páginas de juicio son el plato fuerte del libro, toda la preparación de las 250 primeras son simplemente el aperitivo de un thriller legalista perfecto.

Los dioses de la culpa es un thriller redondo para leer este verano.

Por Pepe Rodríguez