El discípulo de Gutenberg, de Alex Christie (Roca Editorial, 2015) es una novela histórica que nos acerca a la compleja figura del inventor de la imprenta a través de la mirada de su discípulo Peter Schöeffer, un personaje menos conocido pero igual de fascinante, que se convirtió en el primer gran impresor del mundo, fundador de una dinastía de impresores, inventor del negocio editorial y creador del acontecimiento que hoy conocemos como la Feria del Libro de Fráncfort. Casi nada.

Alex Christie es una de las autoras revelación de novela histórica en Estados Unidos. Nacida en San Francisco, es periodista y tipógrafa. Aprendió el arte de la impresión tipográfica en California, trabajando luego para la mítica Chandler & Price. Colaboradora en prestigiosas publicaciones como San Francisco Chronicle, The Guardian, Washington Post y Salon.com, obtuvo su MFA en el St. Mary?s College de California, bajo la supervisión de Michael Chabon y Susan Straigh. Actualmente vive en Londres y escribe sobre libros y arte para The Economist.

En esta novela ha realizado un exhaustivo trabajo de investigación sobre la figura de los personajes que revolucionaron el mundo de las letras, sumergiéndose en los estudios sobre la persona de Gutenberg y su discípulo e interpretando los hechos cuando así lo ha estimado necesario. El resultado es “una novela colorida, vívida y de una precisión histórica impecable. El fiel retrato de un tiempo, el del nacimiento del gran invento que cambió el mundo para siempre”.

La novela comienza en el año 1485 en Alemania con Peter Schöeffer, años después del fallecimiento de Johann Gutenberg, sufriendo todavía la calumnia y la acusación de haberle arrebatado a éste el taller de la Biblia, de robarle el trabajo de una vida y provocar que muriese en la pobreza, abandonado y traicionado.

Peter, después de años de culparle a Gutenberg por cómo todo se fue al traste y buscar el perdón en su corazón, se dispone a contar la verdadera historia de lo ocurrido treinta años antes, cuando su padre adoptivo, Johann Fust, un rico comerciante librero, le pidió que regresara a Maguncia, su tierra natal, justo cuando su carrera como escriba en Francia se encontraba en su máximo apogeo, al haber sido nombrado encargado del taller del rector de la universidad de París.

Pero Fust tiene otros planes para Peter. Tiene que convertirse en el aprendiz de Gutenberg, quien ha ideado un revolucionario sistema de copia: una máquina que él denomina imprenta, y comprender todo lo que rodea a este invento que puede cambiar el mundo. Peter acepta a regañadientes, dejando su prometedora carrera en París y comenzando un trabajo que, en principio, es aburrido y rutinario.

Poco a poco toda va cambiando, su habilidad con la máquina crece y también su admiración hacia Gutenberg y su dedicación a uno de los proyectos más atrevidos de su maestro: la realización de copias de la Santa Biblia. Pero muchos serán los obstáculos que se encontrará por el camino, debatiéndose entre la generosidad de su padre adoptivo y el genio de su maestro, convertido en por ley en su padre profesional desde el momento que comenzó a trabajar para él.

Peter asistirá también a la eterna contienda entre el hombre que hace cosas y el hombre que comercia con lo que hace otros para su propio beneficio, a la codicia que anida en el corazón del ser humano desde el principio de los tiempos, la avaricia e hipocresía que presiden la Iglesia Católica dispuesta a erradicar cualquier atisbo de reforma que traiga un rayo de esperanza que la devuelva a la fe genuina. “Una batalla que cambiará irrevocablemente la historia para siempre”.