De entre la abundante oferta de obras que vienen a conmemorar el centenario de la Gran Guerra, convendría entresacar algunas que, por su calidad o planteamiento singular, sobresalen sobre las demás haciéndose merecedoras de la atención del lector interesado no solo en conocer los hechos sino también las causas de la contienda. Benito Garrido ya ha hecho referencia en este blog, en entrevista con su autor, a la obra ‘La I Guerra Mundial. De Lieja a Versalles’ de Ricardo Artola; ahora comentaremos la de la canadiense Margaret MacMillan, diáfana en su exposición y centrada en las décadas previas al estallido del conflicto, las que pueden arrojar luz sobre la incubación y el desarrollo de un germen que acabó por infectar a toda Europa.
En los capítulos iniciales la autora va repasando la situación interna y el posicionamiento exterior de cada una de las grandes potencias a finales del siglo XIX y comienzos del XX: el Imperio colonial británico y el desarrollo industrial de su metrópoli, el emergente poderío alemán sometido a la hegemonía prusiana, las ambiciones coloniales francesas y la desconfianza hacia sus vecinos, el declive de Rusia después de la derrota infligida por Japón y las revueltas sociales en su interior, y la debilidad del Imperio Austrohúngaro en permanente colisión con sus heterogéneas nacionalidades.
Describe aquí MacMillan la escalada armamentista y la formación de alianzas y acuerdos bilaterales que se concretarían en el establecimiento de dos bloques antagónicos: la ‘triple entente’ y la ‘triple alianza’, cuyos compromisos conducirían a una potencia tras otra a sumarse a las hostilidades. Pero también reserva espacio para resaltar las conflictivas personalidades de algunos de sus líderes: la peligrosa volubilidad del káiser Guillermo II, el provecto aislamiento del emperador Francisco José, y la debilidad e inconsciencia del zar Nicolás II; aportando, además, apuntes biográficos de los políticos y militares más influyentes. Y aunque podría aducirse que considerar el carácter de los dirigentes como elemento determinante podría restar rigor a la narración, las informaciones sobre sus historias personales aportan indudable amenidad.
La autora es capaz de compaginar en todo momento las referencias a concretos intereses económicos con observaciones sobre aspectos menos tangibles como el poder de la opinión pública, dedicando los capítulos centrales del texto al análisis de esos elementos inmateriales que, sin embargo, son capaces de explicar la eufórica entrega de tantos a la irracional carnicería. Hablamos del honor, el patriotismo o el nacionalismo con su carga inherente de odio hacia el otro, pero también de las ansias de aquellos que creían en el poder purificador y redentor de la violencia en los campos de batalla. Para MacMillan, además, no es posible considerar los móviles económicos como los únicos responsables del inicio de una guerra, habida cuenta de la desestabilización de los mercados y la interrupción del comercio que esta causa en algunos sectores de producción.
Especialmente inquietantes resultan las comparaciones que la autora establece con el momento actual, basadas en la correspondiente existencia de una gran potencia emergente, en este caso asiática, o en la proliferación incontrolada de actos terroristas, más selectivos en los años anteriores a la guerra. Aunque seguro que ustedes pueden encontrar nexos adicionales en ciertas noticias de actualidad relativas a las ansias expansionistas de alguna gran potencia. Finalmente, en la segunda mitad del libro se abordan las crisis que fueron calentando el ambiente de forma aparentemente irreversible: la pugna por Marruecos o las crisis balcánicas, cerrando así una obra admirable por su concepción, claridad y ejecución.
Aunque si lo que buscaban era un texto de ficción sobre el tema, no duden en acercarse a la última novela de Jean Echenoz: ‘14’, en la que volverán a encontrar ese distante y minucioso sentido del humor tan característico del autor francés.
Sin duda un título imprescindible para todo aquel que se quiera sumergir en la historia de la Primera Guerra Mundial, un conflicto que cambió el mundo para siempre.