Mauricio Wiesenthal y la editorial Acantilado estaban condenados e encontrarse. Las líneas que definen sus trayectorias eran convergentes y el primer fruto de este escuentro no puede ser más jugoso ni apetecible. Siguiendo mi camino es un compendio de géneros tan exuberante que el lector nunca sabrá si está leyendo unas memorias, un libro de viajes, un vademécum musical o un tratado sociológico del siglo veinte. Pero por encima de todo es una obra que nos acuna, nos mima y adormece de camino a un mundo inexistente hoy día, el mundo que el propio Wiesenthal vivió, ese pasado tan diferente del crítico y feroz presente.
El camino elegido por el polifacético autor -nacido en Barcelona pero cosmopolita por vivencias- aparece ligado a las músicas de su vida, a las canciones cercanas a la cincuentena que recuerda en esta obra. Todas ellas tienen su hábitat y su tiempo. Lanza un flashazo de la memoria, dibuja una ciudad, un país, señala un punto en el devenir del tiempo y construye con materiales de todo tipo un elegante monumento a dicha canción. Sus añoranzas, la situación politica o social, el origen de esa música, el efecto causado, las personas conocidas, las anécdotas… Todo un acarreo de información engarzada con el arte de un poeta y la mirada de un periodista.
Para que el lector tenga una experiencia más plena en su canal de YouTube se pueden escuchar la mayoría de estas canciones incluso interpretadas por el mismo autor. Puedo decir que es un delicioso placer dedicar cada día quince o veinte minutos a leer cualquiera de sus pasajes y culminarlo escuchando la melodía que lo ha motivado.
Siguiendo mi camino es el trabajo de un sabio, pero no de la intelectualidad -que también- sino de la vida misma cuya lectura produce un efecto semejante a vivir en un anticuario
riquísimo y suntuoso donde uno puede deleitarse con multitud de objetos atractivos, recrearse con otros tiempos y lugares y hacer eso tan difícil en el mundo actual que es vivir a través de los ojos de otro, los ojos acuosos, claros y cristalinos de quien ha vivido por diez de nosotros.
Un regalo que en la próxima Feria del Libro de Madrid no debe faltar para uno mismo y para quienes disfrutan de vivir.