El azar de la mujer rubia de Manuel Vicent

portada-azar-mujer-rubia_grandeJulio de 1976. Adolfo Suárez es nombrado presidente del gobierno.

Manuel Vicent cuenta en esta novela una de las muchas caras de la Transición. Con detalles desconocidos para el gran público, descubre algunos secretos bien guardados de este periodo histórico. No se trata de una novela más sobre este acontecimiento. El autor cuenta sirviéndose de los recursos de la literatura verdades desconocidas y decisivas, narradas desde dentro.

Es una lectura muy amena y de gran calidad. Escrita con una elegancia cadenciosa, el lector no puede parar.
Una voz narradora nos habla en ocasiones desde “el bosque de la memoria, esa vía láctea de la desmemoria” los acontecimientos que el héroe sin memoria vislumbra entre sombras.

El punto de partida para la creación de esta novela fue la  fotografía que tomó el hijo de Suárez de cuando el rey lo visitó en su casa. En ella se puede ver al monarca paseando con el brazo apoyado en Adolfo Suárez por el jardín. El héroe recibe de su majestad la máxima condecoración: la Insigne Orden del Toisón de Oro. Adolfo Suárez no sabe por qué ese hombre le da aquel collar con dieciocho monedas de oro, ni sabe por qué, sólo percibe que es alguien que lo aprecia.
Durante ese corto recorrido, a Suárez se le aparecen algunos espectros que le brindan alguna información que él no puedo asociar ni reconocer con su persona. Los ve como si fuera un espectador más de la Historia y no como el hacedor de ella.

A los lectores se nos descubre una mujer maravillosa que para muchos es desconocida: Carmen Díez de Rivera, la chica rubia que media entre el rey y Suárez, a veces como mensajera del primero, en otras como instructora del segundo, otras como intermediaria entre “los rojos” y el Estado, para entre todos conformar la actual Democracia.
Muchos méritos tiene la intervención de esta chica rubia, como el acercamiento entre Santiago Carrillo y el rey para legalizar el Partido Socialista, en medio de un Madrid convulso y complejo donde se formaba una nueva sociedad.

Esta rubia de biografía trágica es la artífice de la actual España. Cuando aún la caspa franquista revoloteaba en el aire, ella había vivido una intensa vida en Suiza, África, etc., y renueva los aires de las instituciones desconcertadas, sin saber qué rumbo tomar.

Con gran habilidad, Manuel Vicent siembra las dudas sobre un triángulo formado por el rey,  Suárez y Carmen Diéz y como la vida ha sido cruel con dos de ellos. Carmen murió muy pronto de un cáncer mal diagnosticado y el propio Adolfo Suárez vive sin recuerdos de su paso como presidente del gobierno de la España postfranquista y sus admirables logros.

Una lectura imprescindible y amena a la vez que una lección de Historia mediante la otra historia.

Ficha técnica

Páginas: 256
Precio:18,50 €
Manuel Vicent vuelve a emplear con destreza la sátira como arma literaria para abordar la Transición, un periodo cercano y aún polémico.
Érase una vez un príncipe que partía ladrillos con la mano, un simpático político de billar y una mujer rubia malherida. Con ellos la historia formó un triángulo, dentro del cual echó los dados el azar, principio y final de este relato.
Década de los sesenta, vientos de cambio en España. Poco después de que don Juan de Borbón viese entre raciones de calamares cómo su hijo juraba los Principios del Movimiento, el cadáver del Caudillo entró bajo palio y por su propio pie hasta la tumba. Rajoy y Zapatero aún eran estudiantes. Aznar jugaba a falangista. Tierno Galván, Felipe González y Carrillo pugnaban por salir de la clandestinidad mientras el triángulo se iba perfilando para encumbrar al héroe de esta gesta. Y fue así como en el mes de julio de 1976 el rey nombró presidente del Gobierno a Adolfo Suárez, gracias a aquella chica rubia de la que todo el mundo estaba enamorado. Solo que el héroe ya no puede recordarlo.
Manuel Vicent nos conduce de su mano a acompañar a Suárez a través del bosque lácteo de su memoria, donde los personajes, reales o imaginados, deambulan como espectros. En el camino nos habla de sueños, traiciones e intrigas; de bodas fastuosas en el Valle de los Caídos y de fusilamientos inesperados; de amores prohibidos e hijos ilegítimos. De nobleza y de azar. El azar que puso a una mujer rubia de ojos rasgados en el camino del héroe antes de que los dos se perdieran en las nieblas del olvido.
Entre la ficción y la historia, entre los nombres de ayer y los de ahora, este juego literario creado a partir de la confusión de la memoria perdida de Suárez es un retablo de niebla, un juego político movido por el azar. Desde la posguerra hasta hoy.

Reseñado por Laura Hernández

Escrito por Manuel Vicent

Escritor y periodista valenciano, ha publicado en Alfaguara, novelas como Tranvía a la Malvarrosa (1994), Jardín de Villa Valeria (1996) —ambas recogidas junto con Contra Paraíso en el volumen Otros días, otros juegos (2002)—, Pascua y naranjas (1966), Son de Mar (Premio Alfaguara 1999), La novia de Matisse (2000), Cuerpos sucesivos (2003), Verás el cielo abierto (2005), León de ojos verdes (2008) y Aguirre, el magnífico (2011). También es autor de la antología Los mejores relatos (1997) y de las colecciones de artículos Nadie muere la víspera (2004), Las horas paganas (1998), Viajes, fábulas y otras travesías (2006), Póquer de ases (2009) y Mitologías (2012).