La noche hambrienta – Rafael Balanzá

EL LIBRO DE LA SEMANA
Cuando Rafael Balanzá recibió la noticia de su galardón como premio Café Gijón 2009 estaba cenando con su mujer y su hijo dentro de su casa de Murcia. “Cuando sonó el teléfono a esha hora supe que había ganado antes de cogerlo” comenta. Esa llamada cambió su vida como escritor permitiéndole dedicar las horas que le quita de juegos y risas a su hijo a algo tangible y real como es su carrera literaria. No obstante, aun recluido en su Stalker, siempre tiene a su retoño presente desde la primera cita de Camús que abre su nueva obra La noche hambrienta: “Hasta la muerte me negaré a amar una creación donde los niños son atormentados”. Sorprendente divisa para alguien que frisando el terror se adentra en ese territorio más adulto y oscuro que es el miedo psicológico. LEER MÁS


Conversamos sobre cine para encontrar paralelos con su nueva obra. Dos hombres y un destino es la primera que salé, no por el argumento, sino por la moraleja que habita en la frase y que se reproduce en sus dos novelas. La primera incluía un tour de force entre dos antiguos amigos y la nueva mantiene el pulso que sostienen otros dos antiguos conocidos con mayor pervivencia del pasado de su relación que su presente o futuro que son inexistentes.

Seguimos con cine. Él menciona el paralelo con Cisne negro de Aronofsky como thriller pesadillesco, no como terror zombí. El silencio de los corderos aparece en la charla como referente, su ausencia de momentos culminantes y las terribles conversaciones con Lecter son semejantes a La noche hambrienta donde el terror viene por acumulación y no por explosión, miedo que va creciendo en las palabras del portador del mal absoluto que es Amando. Balanzá cree que el público lector de mediana edad se encuentra maduro para esta obra en tanto es capaz de buscar algo más actual que el terror clásico y más sensato que el adolescente.

Entramos en el argumento de la mano de la segunda cita de Shakespeare “Aquí no hay nadie… Ricardo ama a Ricardo… Eso es; yo soy yo… ¿Hay aquí algún asesino?” Ricardo III se preguntaba eso y el lector también. Beltrán se haya en una institución mental bajo cuidado de dos doctores y una doctora. Unos días antes se ha entregado en una comisaría inculpándose de la muerte de su ex-esposa que murió semanas ago chocando contra un camión. Él alega que lo preparó todo para que pareciera un accidente pero la policía no encuentra ninguna prueba de ello y lo ven como un enajenado mental.

A lo largo de varias sesiones los doctores tratarán de escarbar para encontrar la realidad entre sus delirios. Un hombre amable, sensato, colaborador y preocupado que para nada entra en su parámetros enfermizos. Todo cambia cuando sale a relucir el motivo del asesinato. Un amigo de juventud, Amando, aparece de pronto es su casa quedándose a vivir en el garaje, cerca del Stalker, un mini-submarino que Beltrán compró de saldo años ago. Es en su interior donde le cuenta los manejos de su ex para quedarse con su hijo y su fortuna, proponiéndole un plan para eliminarla… Sin embargo Beltrán cuenta a los doctores que él había asesinado a Amando en Venezuela hacía dos décadas.
El conflicto mental enciende la alarma de sus doctores quienes tendrán que redoblar esfuerzos por saber cómo ayudar a Beltrán.

Las desventuras sufridas o imaginadas al lado de Amando son constantes pesadillas de terror que nunca sabemos si son realidad o no, pero que nos desasosiegan y perturban a un grado alto.

“Estoy convencido de que es mi mejor libro. Pienso que la gente tiene las claves suficientes para saber que hay de onírico y de realidad”.

“Hoy dos temas en La noche hambrienta: la culpa y el mal absoluto”

“Esta obra proviene de Dostoyevsky, dentro de Los Demonios hay un capítulo que fue censurado por el editor de su revista por ser atroz, La confesión de Stravroguin, personaje casi satánico de un atractivo peculiar en el que se inculpa del daño causado a una niña, verdadera endecha del mal absoluto. Ese tema aparece sugerido pero no explícitamente mostrado. Al tener un bebe en casa no podía relatar en clave sádica algunos episodios. Los lectores sensibles no deben pensar que es demasiado escabroso”

La noche hambrienta es una obra abierta con un final intuido pero incluye las claves para que el lector sea capaz de percibir si realmente hay un asesino en la trama o es todo imaginado. Quizás dentro de unos días propongamos a nuestros seguidores incluir un epílogo al mismo para el autor elija el que mejor cerraría la obra. Estén atentos.

Balanza es un maestro de las conversaciones. Beltrán con su doctora, Beltrán con su hijo Fabio, Amando con Beltrán tienen largas charlas con réplicas creíbles y enfáticamente visuales, algo muy complicado cuando no incluyen descripciones sino conceptos. Inquirido por esa habilidad, el alicantino nos dice que juega con blancas y con negras alternativamente para hacerlas vivas. Imagina la angustia del protagonista, la inexperiencia del chaval de catorce años, la maldad del amigo muerto, la profesionalidad de la doctora y construye frase a frase conversaciones modélicas.

Incluir gotas de humor entre tanto miedo psicológico suena casi almodovariano, pero es algo que consigue. Suelta la espita del perturbador desasosiego en el que sume al lector con algunos episodios cotidianos como el del colirio perdido que ustedes sabrán localizar cuando lo lean.

El temor a encasillarse hace que el premiado Cafe Gijón del año pasado prepare ahora una obra de no ficción para seguir con su trayectoria aunque quizás nos deleite más adelante con una tercera novela que complete su Trilogía sobre la culpa, algo que ya consiguió el genial Mario Lacruz.

Disfruten y sufran de la aprensión psicológica a la que nos somete Balanzá con La noche hambrienta, con el mal absoluto que nos hunde cada vez más en un mundo abisal donde sólo habitan monstruos como el de la portada.

Pepe Rodríguez

FICHA DEL LIBRO

Título: La noche hambrienta | Autor:Rafael Balanzá | Editorial: Siruela | Páginas: 184 | Precio : 16,95€
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